Dímelo al oído, dímelo en silencio,
vuelca tu alarido en mi rasgado corazón.
Vine de puntillas sin hacerte ruído,
vine a recoger lo que queda del amor,.
del amor fundido en las hojas secas,
sin aroma, sin color..
Aquellas que los malos vientos
desprendieron, en nuestra ignorancia,
antes del invierno, antes del dolor.
Una a una, raídas cayeron
sin la savia de los felices días,
sin la melodía de nuestros deseos,
sin los arpegios de una sinfonía
que, sin ser escrita, juntos entonamos
con besos encendidos, acordes y notas
vibrantes, de tu corazón a mi corazón