Dame el dolor, la lanza,
dame sufrir hoy,
sea esa mi coraza,
con ella vivo a expensas
de lo que tuve contigo:
Música, risa, verso...
arte humano, divino,
contigo fue la ventana
a un mundo desconocido.
Déjame reprochar, llorar
por cuanto me enseñaste,
por cuanto juntos aprendimos,
por confiar por ti y en ti
sin haberte conocido.
Sé que me ves, que no te gusto,
con mi reproche
de corazón herido.
En ese reguero de llanto
tu rostro se hace dibujo,
para alojarme en tu Arce
y saber que te he tenido
que la palabra sigue viva
en tu árbol, firme, seguro.