Cuando las lilas en racimo
a mis manos se ceñían,
sueños, ilusiones alocadas,
en aquel aroma
realidad se me envolvía.
Hoy he vuelto a la ventana
de la niñez perdida
cuando en un patio de lilas,
felices, sin haber vivido
nos bebíamos la vida.
Azul era el cielo madrileño,
azul el sueño y la risa.
tu mano jugaba con la mía,
añorando una edad
que ni tú ni yo teníamos.
Perdí tu huella, se fueron
en racimo aquellas lilas,
se fueron...,
Y de pronto, llegó la vida.
Dedicado a un amigo de mi adolescencia
que murió muy joven.
Juntos jugábamos en el patio de nuestras casas, rodeado por árboles plagados de lilas, nunca olvidaré aquel aroma ni aquel amigo.
sueños, ilusiones
3 comentarios:
Hola, Militos:
Qué poema más adorable y nostálgico, a la vez, el recuerdo de aquellos años felices nunca se borra de la memoria. Los amigos, los juegos,los paisajes, los perfumes... todo queda guardado para siempre.
Un abrazo.
Sencillamente precioso, evocador.
Así es, los amigos del alma nunca se olvidan.
El vídeo me ha encantado.
Besiños, poetisa del alma.
Hola Rosa, creo que dí tu sitio; por la última publicación en tu perfil de blooger.
Ya estoy siguiéndote y me llevo tu enlace con tu permiso.
Preciosas letras impregnadas de recuerdos, un placer leerte!
Cariños.
http://bajolalupadegiglio.blogspot.com/
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