Nunca sabrás cómo de rojas las amapolas abrían surcos a tu paso, cómo de dorado aquel trigo, en tu molino ágil, se hacía pan de repartir. Con tu sonrisa siempre alerta entraste de mi mano a la sin fondo acequia de mi sueño, mientas moldeo en la piedra de tu lejanía, la figura que de ti amo. El ave que voltea en torno a los cascotes desprendidos, entre sus plumas, acerca sabor y aroma de hoja verde fundiendo la distancia en clave ausente de añoranza y de recuerdo.
He madurado.
Hija de Dios,
Confiada a padres católicos,
Española a morir,
Congregante Mariana,
Licenciada en Ciencias Económicas.
Matrimoniada indisoluble
Madre de diez hijos,
Abuela de 19 nietos
Aspirante feliz a una Nueva Vida
3 comentarios:
Hola querida amiga, hermoso aunque nostálgico poema, lamentablemente pasados los años solo nos queda saborear los recuerdos.
Abrazos y cariños que tengas una hermosa semana como siempre es un placer leerte.
Cómo te comprendo.
Cuántos recuerdos y qué bello poema.
Besiños, querida amiga.
Y enormes ...
Un POEMAZO!!!!
Te felicito ! Me encanta!!!
Feliz día de la madre!!!!!
Besossssssss
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