Aquella explosión, aquel fuego, corazón seco cómo ardías, en tus letras, comas, pausas, soplos de aire, fueron vida. Cuanto de tí yo anhelaba, leyendo, leer, leerte..., mundo nuevo emergía, poema, viento, caricia, donde, estragos del tiempo, crearon arruga, sequía. Leyendo, leer, leerte..., sigo, en tu ausencia de vida, de hechos, palabras, poesía, para encontrarte en las letras, aquel fuego devolverte, de nuevo sentirte conmigo como ayer cuando me abriste las puertas como ayer, cuando escribías.
Estoy aquí
ante el día que despierta,
mis ojos cargados de sueño,
el corazón latiendo
por una paz que nunca llega.
Vengo de la noche a la cumbre,
la aurora me levanta,
toda luz, toda esperanza
de un verano ardiente
de aves, mariposas, color de flores,
aroma de la rosa
que todo lo envuelve,
el sándalo enhiesto
tu imagen adormece.
He vuelto a nuestro monte
donde prendiste fuego,
al sol de la mañana...,
la noche atrás se queda,
todo se hace nuevo,
el paisaje vuelve... .
.Estés o no estés en el aire
en lo que veo te presiento,
la voz de Dios renace:
"Todo es tuyo, por tí lo hice,
contempla y... calla
He madurado.
Hija de Dios,
Confiada a padres católicos,
Española a morir,
Congregante Mariana,
Licenciada en Ciencias Económicas.
Matrimoniada indisoluble
Madre de diez hijos,
Abuela de 19 nietos
Aspirante feliz a una Nueva Vida