Tu amor no es como el mío, tu amor hiere, desgarra el alma. Déjame caer en tus manos, ser, estar, amar en ellas, en ese hueco que nadie calma, sólo para que aprendas cómo mi cuerpo y mi alma te aman... Tu amor no es mi amor, en él me sé indiferente, en él tu boca calla, en él me quedo sin dolor... para decirte que todo dolor me causa esa pérdida tuya de cómo mi amor te ama.
Tus lágrimas vertidas, nadie las recoge, tus lágrimas no son tuyas, al pozo de la vida se derraman, avivan el caudal del llanto de los hombres; nunca se perdieron, riego y melodía fueron. Un día volverán, sin saber cómo ni por dónde, sólo tú entenderás que al fin se hicieron tuyas, hijas del amor, del dolor, de tantos amores, de tantos dolores... No sientas recelo, acógelas con mimo, regaron otros campos, limpiaron los caminos, al sol, con mil reflejos, brillaron para otros.
Aquellas... cayeron de tus manos, cayeron de los siglos, para llegar a mi beso. Aquellas, amor son... hoy en mi pañuelo.
He madurado.
Hija de Dios,
Confiada a padres católicos,
Española a morir,
Congregante Mariana,
Licenciada en Ciencias Económicas.
Matrimoniada indisoluble
Madre de diez hijos,
Abuela de 19 nietos
Aspirante feliz a una Nueva Vida