Imagen del blog La Hoja del Arce
Cuánto hemos luchado, Señor,
sin pensar que luchamos
al vivir peregrinos
en un país extraño.
Aún resta la última batalla,
sin armas, sin escudo,
sin fuerzas para darla.
¿Acaso habrá otro Cid,
otro guerrero, codo a codo,
a pelear a nuestro lado?
Es la duda, temor a rendirnos,
lo que tiembla en nuestro brazo,
apaga el fulgor de los sueños,
del ánimo los bríos...
del pecho la bravura.
Busca el alma la trinchera,
se agazapa, esconde todo arresto
de la juventud que fue, sin saber,
riesgo, ardor, locura, pelea.