Hermosa flor de un día no abras tu corola hacia el ardiente sol, oculta entre la hierba mi mano te arrancó.
Tus pétalos parpadean en la verde pendiente, del amargo silencio de todos los amores que fueron flor de un día en el monte encendido de nuestro corazón.
Al alba te me acercas por contemplarte viva de aromas renacidos, en la senda perdida de amor y de dolor.
He madurado.
Hija de Dios,
Confiada a padres católicos,
Española a morir,
Congregante Mariana,
Licenciada en Ciencias Económicas.
Matrimoniada indisoluble
Madre de diez hijos,
Abuela de 19 nietos
Aspirante feliz a una Nueva Vida