Si los hombres cimentáramos la obra
y el grueso muro no temblase
al ritmo de nuestro mal hacer;
si la casa grande erigiéramos de roca,
de su alocada huída contendría
crecida ola de pasión encrestada
que, contra la vida firme, de roca,
mansa el agua, a su cauce tornaría
Inmutable..., de ángulo infinito,
por la casa grande, erguida rocosa,
anclaje... firme al odio, al hastío,
gigantes olas haríamos romper.
A la pleamar, cuantos de espalda gibosa
recalarían... en nuestra pared.
Sinfonía del Nuevo Mundo
8 comentarios:
Precioso. Y jolines, que bien me viene tu poema hoy.
Un abrazo guapetona.
El ser humano es cabezón por naturaleza,siempre se empeña en conseguir imposibles.
Un placer leerte.
Buen poema!!
SI..nuestro condicional...
Pero somos tan hijos del misterio
Y no aprendemos de experiencias ajenas...
BESOTESSSS POETIZA!
Excelente blog... aquí también hay muy buenos poemas http://entreversosyrazones.blogspot.com/
Hola, Militos:
Las obras mal cimentadas caen por su propio peso, pero las bien construidas perduran para siempre, tal cual las buenas acciones.
Abrazos.
¡Es muy interesante tu blog!
He leído vuestros blogs y me parecen muy emotivos. Rafael, me gustó mucho el poema de la pata, si no es mucho pedir, os invito a q visitéis el mío y así me dais vuestra opinión. Gracias!!! La dirección es: http://www.sanroquita.blogspot.com aparece como "PEDACITOS DE MI".
Gracias!!!
¿¿Si los muros son tan intransigentes,
mejor será buscar otras opciones,
una que deje abajo las pasiones...
... Qué tal si levantamos buenos puentes??
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