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domingo, 26 de abril de 2009

NIEVE Y CARBÓN




En este caminar
de ruedas y de asfalto,
te rezo, Señor, te busco
y te miro hacia lo alto.
Pero no estás, mi Dios,
si estás yo no te veo.


Está tu imagen
urdida entre las piedras
de Tordesillas y Astorga,
restos de España medievales.
Torres que se alzan erguidas,
plañideras y orantes.


León y Ponferrada,
campanas calladas y leales.


Que no estás hacia lo alto,
hundido, Señor, entre las minas,
en el carbón tus manos consagradas.
Tu Cuerpo das en panes blancos,
más blancos que la nieve
de los montes que León
risquea en blonda blanca.


Bajando por el puerto,
unidos sin fundirse,
carbón y nieve se encontraban.
La nieve ya de bajada
perfila montes y caminos,
en surcos de carbón se cuaja.


No fue casualidad,
ni fue la ecología
que fue tu mano, Señor,
capaz y desprendida,
quien hizo que la nieve,
sin mancharse...
hasta el carbón bajara.


Escrito en el coche al regreso de Ferrol, al contemplar las minas de carbón y la nieve en 1986



Agnus Dei___Mozart

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cada vez que te llenas de ilusión, de paz, de contento, de alegría, eso es dios, esto es dios

y sí, en el cielo y en las montañas también, pero sobre todo y más que nada en tus momentos felices, siempre, lo veas o no, siempre es, y siempre es tú

Militos dijo...

Amor: se que es más fácil verle en los momentos felices, pero yo he experimentado que está muy cerca en el dolor.
Gracias por tan bonito comentario Amor.